¿Cómo protegerte del calor en verano?

Cómo proteger a los niños del calor en verano
13 de julio de 2022

¿CÓMO PROTEGERTE DEL CALOR EN VERANO?

¿Sabes cómo protegerte del calor en verano?

El verano ya está aquí y, con él, llegan las vacaciones, los divertidísimos días de piscina, los juegos sin prisas…

Pero también llega el calor y es importantísimo saber cómo protegerse correctamente para evitar problemas y sustos en esta temporada tan esperada por todxs.

Hoy vamos a darte algunos consejos para que tanto tú como tus peques estéis protegidos del calor en verano.

¿Preparada? ¿Preparado? ¡Vamos a verlo!

EVITA LAS HORAS DE MÁS CALOR

Evita salir en las horas de más calor del día (entre las 12 y las 18, más o menos).

Las altas temperaturas y un calor excesivo pueden alterar las funciones vitales de nuestro cuerpo, provocando deshidratación con la pérdida de agua y electrolitos.

La persona afectada puede sufrir entonces calambres, deshidratación, insolación o un golpe de calor, lo que podría llegar a suponer un problema grave para la salud.

El calor extremo afecta a todo el mundo, pero son más vulnerables los siguientes colectivos:

– Personas mayores de 65 años y niñxs menores de 4.

– Mujeres embarazadas o en periodo de lactancia natural.

– Trabajadorxs en empleos con una exposición excesiva al calor.

– Personas con enfermedades crónicas.

Por eso, si no es imprescindible, es mejor no salir durante esta parte del día.

Si tienes niñxs, puedes intentar cambiar sus rutinas para que, durante estas horas de más calor, coman, jueguen un ratito en casa, echen la siesta, etc.

¡Así, la espera será más llevadera para todxs!

LA HIDRATACIÓN ES BÁSICA

¡Y para hidratarse no hay nada como el agua fresca!

Cuando sube la temperatura, nuestro cuerpo activa el mecanismo de sudar para enfriarse.

Este mecanismo de transpiración nos ayuda a regular la temperatura corporal.

Con las altas temperaturas se pueden llegar a secretar hasta 2 litros de sudor y, si encima se practica ejercicio intenso, esta cifra se puede llegar a duplicar.

Al sudar, perdemos agua y sales minerales, y es necesario reponerlos.

Para ello, debes mantenerte bien hidratadx.

La cantidad de agua recomendada para un adulto/a es 35 mililitros por kilo de peso, mientras que para lxs niñxs, sería de, aproximadamente, 50 mililitros por cada kilo de peso.

Así, una persona adulta que pese 70 kilos necesitaría, aproximadamente, 2 litros y medio de agua al día, mientras que un niño/a de 20 kilos necesitaría un litro.

Además de para saciar la sed, el agua cumple un papel fundamental en el funcionamiento del cuerpo humano:

– Interviene en los procesos de digestión (ayuda a evitar el estreñimiento).

– Ayuda en el transporte de nutrientes en sangre.

– Filtra productos de deshecho celular.

– Ayuda a regular la temperatura corporal.

Así que, ¡todxs a beber mucha agua!

PROTÉGETE DEL SOL CORRECTAMENTE

No nos entiendas mal. La luz del sol en contacto directo con la piel es maravillosamente saludable.

Existen multitud de estudios que reportan que el contacto con la luz solar:

– Ayuda a sincronizar y mejora el ritmo circadiano, lo que se traduce en un mejor descanso.

– Contribuye a la producción de vitamina D, vital para nuestra salud.

– Mejora la circulación sanguínea.

– Disminuye el nivel de glucosa en sangre y las dolencias leves.

– Mejora la concentración y el rendimiento.

– Es un antidepresivo natural y reduce la fatiga crónica.

Sin embargo, en verano, debes hacerlo a primerísima hora del día.

El resto del tiempo es necesario que te protejas de él.

Cuando vayas a la playa, piscina, campo o, simplemente a la calle, utiliza gorra o sombrero para la cabeza, gafas de sol y crema solar con protección 50+ en las áreas expuestas.

Recuerda aplicarte la crema de sol 30 minutos antes de la exposición e ir renovándola cada 2 horas como máximo o después de lo baños.

Además, la ropa que elijas también será importante.

Recuerda optar por prendas frescas, amplias, de colores claros y tejidos, si es posible, de algodón.

¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS DE LA DESHIDRATACIÓN?

Cualquier persona puede deshidratarse, pero es más peligroso en personas mayores y niñxs pequeñxs.

Es importante beber al día la cantidad de agua necesaria, aumentando la ingesta cuando suben las temperaturas, al hacer deporte, cuando hay fiebre o diarrea, etc.

En personas adultas, los síntomas varían desde:

– Tener mucha sed y la boca seca.

– Orinar y sudar menos de lo habitual. Al hacer pis, este es de color oscuro.

– Piel seca.

– Fatiga, mareos, confusión.

En lxs niñxs:

– Pérdida de peso sin motivo aparente.

– Hacen menos pis del habitual y, cuando lo hacen, este es de color oscuro.

– Deposiciones muy secas y duras.

– Piel muy seca y pálida, ojos hundidos y boca reseca.

– Cansancio generalizado e irritabilidad.

La deshidratación puede derivar en complicaciones graves, así que acude al médico si sientes que algo no va bien.

¿CÓMO ES UN GOLPE DE CALOR?

Por último, queremos hablarte de los golpes de calor, una de las complicaciones más temidas y peligrosas causadas por las altas temperaturas.

Un golpe de calor se da cuando, ante una exposición a altas temperaturas, la temperatura del cuerpo aumenta excesivamente y este no es capaz de regularla con sus mecanismos habituales de sudoración.

Ante un golpe de calor ¡no lo dudes!

Acude rápidamente al hospital más cercano, pueden llegar a ser muy peligrosos.

Sus síntomas son los siguientes:

– Sed intensa, sequedad en la boca, temperatura superior a 40 grados.

– Sudoración excesiva, sensación de calor sofocante.

– Agotamiento, agitación, confusión, delirio, debilidad, mareos y desmayo.

– Vértigo, calambres musculares, dolor de cabeza o de estómago (falta de apetito, náuseas, vómitos).

– Respiración rápida y superficial, pulso acelerado.

– Convulsiones, estado de coma.

Ofrece agua fresca (o incluso agua con una cucharadita de sal para recuperar electrolitos) a la persona afectada.

Intenta trasladarla a un lugar fresco y ventilado y no le des medicamentos antitérmicos para bajar la fiebre.

Para evitar los golpes de calor, es recomendable:

– Evitar bebidas con cafeína, alcohol y azúcar en exceso. Ante la sed, lo mejor es beber agua.

– Beber agua a menudo, aunque no haya sed.

– No realizar comidas muy pesadas.

– Refrescarse con frecuencia.

– No salir en las horas de más calor.

– Mantenerse en lugares ventilados y frescos.

Esperamos que esta información te haya resultado útil y que tú y tus peques disfrutéis de un verano tranquilo ¡y sin sustos!

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¡Cuídate!

 

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