Muchas preguntas que se hacen los padres es la siguiente ¿a qué edad le doy el móvil a mi hijx y cómo puedo controlar el uso que hace del mismo?
No hay una edad establecida, pero se toma de referencia de otras partes, por ejemplo cuando empiezan a tener cierta madurez… Esto suele ocurrir alrededor de los 12 años. A los 12 años, nos podemos plantear que el niño tenga su propio teléfono, su propio ordenador, tablet, etc… Antes de los 12 años, es muy importante que ellos hayan compartido con la familia estos dispositivos, pero que no hayan sido de su propiedad.
Hay una pregunta que nos debemos de hacer:
¿Para qué quiere un móvil una persona de 12 años?
Aunque se hable de los 12 años, lo que va a determinar si tu hijx está o no preparado, es su madurez. No podemos empezar la casa por el tejado, primero los cimientos.
Si lleva bien su curso académico porque es responsable, porque lleva sus deberes al día, hace sus trabajos, colabora en casa, se compromete con sus actividades extraescolares, en las relaciones sociales le va bien, no es impulsivo, tiene su grupo de amigxs, etc; es probable que esté preparadx para ello. Cuando vemos que ha madurado en todos esos aspectos de su vida (sabiendo que no deja de ser un adolescente y hay que seguir ayudándole), es cuando sabemos que ha alcanzado la madurez suficiente para contar con su propio dispositivo móvil.
Debería ser entonces y solo entonces, cuando nos planteemos que tenga un teléfono móvil. Si no está en ese punto y/o tiene problemas con las relaciones sociales… imagínate en el lío que podría llegar a meterse con un dispositivo móvil. Por ejemplo:
He discutido con mi amigo, grabo un audio diciéndole de todo y se lo mando… Esto ya tiene una consecuencia. No es lo mismo a que me he enfadado con mi amigo, he llegado a casa y como no tengo cómo comunicarme, entonces doy espacio a ese cabreo, discusión, malestar… Y al día siguiente podrá afrontar el encuentro de forma más lúcida y asertiva.
El móvil puede ser una vía de acceso para reforzar relaciones y crecer personalmente o puede ser una vía de acceso para comprometer aún más las relaciones sociales, si no se tiene cierta madurez y cierto manejo de las mismas, lo cual a veces puede ser complicado.
¿Afectará el móvil a los estudios?
Por otro lado, tenemos lo académico. Hay que tener en cuenta que un dispositivo móvil es muy gratificante y muy adictivo para el cerebro.
Si el niño no es responsable con las actividades del colegio/instituto y tiene el móvil al lado, va a estar más pendiente al móvil que a los estudios, ¡solo tiene 12 años! Es normal. Por ello, debemos comprobar que es responsable en algunos aspectos de su vida para empezar a pensar que, efectivamente, está preparado y será una herramienta que sume y no que suponga un problema.
Si vemos que el móvil no va a sumar, lo mejor es esperar uno o dos años más o, al menos, hasta que veamos que no va a afectar negativamente y reforzar conductas negativas. No es tan relevante a qué edad le doy el móvil, sino en qué momento está la persona preparada para sacarle partido.
En Masquecoles somos conscientes de que hay cierta presión social, incluso por parte de algunos padres, pero también podemos ver que las familias estamos cambiando en eso, porque al final también estamos leyendo mucha información y somos conscientes de los problemas que está acarreando cuando un niño no está preparado para el móvil, y no pasa nada porque no lo esté. Solo hay que esperar y prestar la ayuda para que siga creciendo hasta estar preparadx.
Pautas para un uso saludable de los teléfonos móviles
En cualquier caso, cuando ya por fin tienen su ansiado y deseado móvil… es recomendable marcar algunas pautas para su uso por su propia seguridad. Vamos a pautar algunas propuestas para hacer un uso responsable del móvil, como:
- Horarios (a qué hora se usa y a qué hora se deja de usar)
- No irse a la cama con el teléfono
- No hacer los deberes con el teléfono
Será recomendable supervisar su uso al principio, esto no significa mirar sus mensajes. Deben tener su independencia, siempre y cuando se esté usando bajo lo pautado. Nada de hacer los deberes con el móvil, ni llevárselo a la cama (no deberían hablar por la noche con nadie), ya que puede influir negativamente en su rutina de sueño y tienen que descansar. Es el momento de reposo, no es el momento de que se estrese, de que se agobie esperando un mensaje, teniendo una nueva conversación con alguien o poniéndose a jugar, porque es muy probable que eso signifique estar despiertx hasta las 2 o 3 de la mañana. Su descanso y bienestar es lo más importante.
A esto nos referimos cuando decimos marcarles los límites y las pautas. Esto es importante explicárselo, ya que no es una cuestión de porque yo lo digo, tiene una explicación y os animamos a que se lo digáis. Puede que no les siente bien en un primer momento, pero su familia es la que velará por su seguridad y por su bienestar.
¿Cómo puedo controlar el uso que hace mi hijx del móvil?
Por un lado, con las normas que hemos puesto y que se van a consensuar, por su puesto. Ahí ya tenemos bastante control de la situación.
Por otro lado, hay que dejarles claro que las tecnologías de información y de comunicación NO son el centro de nuestra vida, son un complemento. Con todo, tenemos que concienciarnos de que nunca podremos controlar totalmente qué hacen, y esto está bien. A la hora de enfrentarse al uso de la tecnología, muchas veces se proyectan miedos sobre los hijxs y hay que intentar hacer otro tipo de acercamiento, desde la confianza.
Muchas familias temen el uso de las redes sociales, e Internet en general y cómo pueda afectar a la vida de los adolescentes. Lo cierto es que Internet y el uso incorrecto del móvil pueden acarrear muchos problemas y ser el motivo de trastornos, pero la tecnología ha venido para quedarse. Internet, las redes sociales y otras herramientas digitales no son malas en sí mismas, lo importante es el uso que se haga de ellas. De hecho, pueden ser una opción muy buena para crecer personalmente, descubrir intereses nuevos e incluso reforzar o crear relaciones sociales enriquecedoras.
Lo importante es que la persona que las use lo haga de forma responsable y conozca todo su potencial, pero también todas sus limitaciones y problemáticas. En definitiva, nuestra principal tarea es educarles para que sepan distinguir qué usos son nocivos y qué usos son beneficiosos y aprendan a integrarlas en su vida de forma saludable.
Una buena educación desde chiquititos, les va preparando para que sean conscientes de que cuando tengan el teléfono propio tendrán que usarlo de forma responsable y siguiendo unas recomendaciones que les ayudaremos a poner, esto nos allanará el camino. Recuerda, lo importante no es a qué edad le doy el móvil, ¡sino cómo se lo doy! Si necesitas un extra de ayuda, contáctanos aquí.